domingo, 10 de abril de 2016

24/01/2016

Si me viste al partir
rebosante de ilusiones
sueños mansos
y andar parsimonioso
fue porque así quería que me vieras.
Con el alma tenue
el respirar pausado
y un cantar aquí en el pecho.
Fue porque así quería que me recordaras.
Sin ansia, ni aprehensión
ni mi quiero todo ya.
Fue porque no quería que supieras
que me recordaras
con mi abismo-lastre
con mis fieles demonios
como caparazón antaño
como noche que cae.
Ni que se impregnara junto a mi recuerdo
el negro de mis pájaros
la languidez de mis manos
ni mi obstinada y masoquista manera
de entregarme a la nostalgia
de disolverme en el café
e invocar a mis fantasmas.
Si me viste al partir
y no sospechaste
fue porque fui muy convincente
y cuidé cada detalle
guarde mi insomnio en la valija de mano
y escondí en mis bolsillos las ojeras
metí la angustia en un libro
y escondí la pesadumbre
para despedirme radiante
y que me recordaras cuerda
para que al nombrarme
no llegase a tu encuentro
una imagen maltrecha
un recuerdo grisáceo.
Y para que al volver
encuentre en tu recuerdo
lo que quizá nunca fui
y pretendo haber sido.

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