sábado, 9 de abril de 2016

Como si


Estos amaneceres, brumosos, grises, me exhortan a indagar en la neblina y, aunque esta crea la ilusión de una mayor distancia entre las ideas, al mismo tiempo su envoltura, de un ligero espesor y de caricia como de humo, las amalgama como si las meciera suave y las domara. Y se me ofrecen como polillas a la luz, sin necesidad alguna de esforzarme o extender los tentáculos de mi adormecida razón. Van llegando como pisadas que se intensifican con la cercanía, más concretas y obvias cada vez. Hasta que se vuelve absurdo atribuirlas al sopor del sueño aún no disipado. Y entonces, de pronto, son como esta bruma invernal. Un elemento más, estático, que se aúna a la imagen mental para fundirse con ella. Como si perteneciera, como si hubiera estado ahí siempre.

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