En mis recintos sagrados
no hay veladoras
ídolos
ni estampitas
ni sahumerios
Hay una hoguera centelleante
y las llamas parecen raíces
y las raíces se tornan ríos
que después llueven sobre las llamas
y el amor
de tanto
se desborda
y muere por mano de su deseo
el mismo que habrá de revivirlo
y así sucesivamente
en mis recintos sagrados
Mis veladoras eternas
el amor que se idolatra
y las estampas que al mojarse
se convierten en naufragio
Todo arde
Todo inflama
Todo ebulle
y llueve siempre
y llueve siempre
en mis recintos sagrados
Mil historias
se han urdido
bajo la luz de su luna
y entre el sueño y la vigilia
entro con paso de gato
a escribir nuevas batallas
y a redefinir mi lucha
Vuelvo a incendiarlo todo
para dar paso a mis pasos
y con los ojos de un niño
expando el fuego y los mares
Llevo una flor en la mano
y una llave aquí en la frente
y así concreto mi ofrenda
en mis recintos sagrados.
No hay paredes
ni continentes
las formas se desfiguran
todo es ardid y belleza
todo es contemplación absorta
Pájaros libres
olas impetuosas
todo es todo
todo es siempre
en mis recintos sagrados